domingo, 26 de febrero de 2012

Tragedia de Once: la corrupción nos mata





La verdad creo que no hubiera podido escribir una síntesis tan valiosa como la que escribió Bores Jr. en el artículo que pego abajo. Sus palabras me llegaron profundamente porque ante todo estoy indignado -como tantísimos compatriotas- por estas muertes absurdas de la tragedia de la estación Once. Pero, fuertemente, pues la indignación me viene por solidaridad a los trabajadores que viajan en esos trenes y el dolor por la humillación que sufren a diario. Que sufrimos a diario, porque también soy un trabajador que viajo con la concesionaria TBA -como mi esposa y mis hijos- aunque en el ramal Retiro-Mitre, donde al menos todavía se puede entrar a los trenes por las puertas y no por las ventanillas. Viajar así no es digno de nadie. Claro que no existen insultos suficientes para los responsables.

Este sistema no cierra por ningún lado. Los empresarios privados ganan más cuanto menos invierten en mejoras. Los funcionarios -si no controlan a la concesionaria- también se llevan más, por izquierda. La tercerización laboral es protegida por dirigentes sindicales enriquecidos mediante el arte de traicionar a los trabajadores (recordar el caso Ferreyra). Ni el personal de los trenes se salva de la crítica porque juegan indignamente a cansar al pasajero para que reaccione, se embronque y de la mano de un lío mediático lograr alguna mejora laboral de su patronal delincuente. Han hecho pedazos la dignidad histórica del viejo trabajador ferroviario. No se engañe nadie que no lo haya vivido: cuando existía Ferrocarriles Argentinos (antes del demoníaco Nemen) las connivencias y delitos eran otros pero la ineficiencia era semejante.

En una nueva escala me pregunto: ¿si el gobierno no arregló los transportes desde 2003, ¿cuando pensaba solucionar el tema? ¿En su 18vo. mandato? ¿Le seguirá echando la culpa a la década privatista? ¿Al Menem que los Kirchner apoyaron? Y me vino derecho a la mente el desubicado proyecto millonario de aquel "tren bala", que Néstor y Cristina Kirchner defendían ardorosamente. No fue la broma de un 28 de diciembre: fue parte de la realidad. Además de archivarse por las graves sospechas de corrupción, ¿les queda claro la priorización que se le había ocurrido a esta gente?

Ahora nadie quiere estar en las fotos, se escondieron todos. A los políticos les pagamos para que resuelvan estos problemas, precisamente. Cuando aparecen, se empecinan en negar la realidad para que no los salpique.

La conclusión es muy simple: al gobierno la gente sólo le interesa por su voto porque ellos y sus secuaces los políticos del statu-quo nos miran detrás de vidrios polarizados, gozando del aire acondicionado. No quieren ni olernos, nos desprecian: el dinero y el poder los hace creerse superiores. Podría haber sido otro gobierno, otro presidente. Pero en nuestro país, se sabe, siempre los platos rotos lo pagan los trabajadores, nunca los delincuentes ni los que no hacen méritos. Y la ley se aplica solo a los "perejiles".

Parece que pasaron diez años en vano desde el "que se vayan todos". No aprendieron nada. Y pasó una década sin cambiar nada, porque no somos tan vivos como creemos: nos ganaron una vez más. El poder hace su trabajo sucio: hay mucha gente que no tiene conciencia de clase. No quiero oir de nadie más eso de: "roban, pero hacen". Ya lo venía diciendo: la corrupción también mata. Quedó nuevamente claro con la tragedia del Once. No hacía falta otra demostración. Horanosaurus.

"Los responsables de la tragedia de Once tienen apariencia de seres humanos sólo porque la falta de humanidad no es perceptible a simple vista. Desde el choque se que los perversos, los cínicos, los asesinos, viven entre nosotros". María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, muerto en la tragedia del tren Sarmiento en Once. 07/02/15 ("La vida de mi hijo se la llevó la corrupción").




"Fracaso para todos"

Por Alejandro Borensztein, arquitecto y productor de TV. Clarín. Sección Humor político. Domingo 26/02/12.

Podría decir que Juan Pablo Schiavi es un caradura, meter dos chistes y seguir de largo. Pero no puedo. Posiblemente, si hoy desde esta página supuestamente humorística, hablo con dolor y bronca me voy de género. Pero si no lo hago estaría traicionando lo que siempre hice: expresar en cada momento lo que pienso, lo que me viene en gana y lo que siento, en el más absoluto ejercicio de mi libertad.

Esta semana el horror me superó, como a todos los argentinos. Indignación.Pocos temas han sido tan repetidamente mencionados en esta página como la catastrófica situación del transporte público (y privado) de nuestro país.

Recorriendo las 167 notas que escribí verifico que los trenes han sido uno de los blancos recurrentes, y posiblemente Ricardo Jaime uno de los funcionarios que más veces he nombrado. Sin ir más lejos, textual del domingo pasado: “Lo buena de la tarjeta SUBE es que la compres o no la compres podés quedarte tranquilo en el sentido de que los trenes, los subtes y los colectivos van a seguir siendo la misma mierda de siempre, o sea que la continuidad del modelo está absolutamente garantizada”.

Quizá, por eso sea el fastidio. La tragedia del miércoles fue una tragedia que se veía venir. Que se alertó de mil maneras a oídos que sólo quieren escuchar voces agradables, complacientes y obsecuentes. Toda otra opinión se considera contraria al sentir nacional y popular, como si alguien tuviese la potestad de lo nacional y lo popular.

Trenes, subtes, colectivos, rutas, han sido para mí una permanente obsesión. Tal vez, aún más que otras cuestiones inherentes al Estado como salud, educación, seguridad y justicia. No sé exactamente por qué, pero así lo sentí siempre. Es obvio que la falta de hospitales decentes o viviendas dignas para millones de argentinos es un problema gravísimo.

Quizá porque siempre pensé que el transporte y las rutas son las venas de un país . Es lo que el Estado pone a disposición de los ciudadanos para que cotidianamente vayan a realizar su aporte de sangre y sudor en pos de generar los 400.000 millones de dólares que es el Producto Bruto Interno. La gente usa el transporte para laburar, para ganarse el pan y al mismo tiempo generar la riqueza de una Nación. Lo mínimo que se pide es que los lleven y los traigan decentemente, sanos y salvos.

Pienso en un laburante que arranca su día con entusiasmo, con ganas de ponerle toda la energía a su tarea dejando el calor de su hogar y su familia para meterse en las venas que el sistema le ofrece y formar parte del engranaje productivo. Y es ahí mismo, antes de llegar al laburo, en los medios de transporte, donde día a día pierde su dignidad, su condición, su libertad y sus derechos para ser vejado con maltratos, robos, impericias, suciedad, hacinamiento y condiciones humillantes para los standares de estos tiempos. Este es el paisaje cotidiano de cada tren y de casi todas las líneas de colectivos del país.

¿Es esto sólo fruto de las salvajes políticas de los 90? Puede ser, pero ya han pasado muchos años y se acaban las excusas. Poco y nada se hizo realmente sobre el tema en estos años de increíble bonanza económica. La inmensa mayoría de las rutas de la Argentina son una invitación a la muerte. Todos los días hay una prueba de esto. Los micros de dos pisos siguen arriesgando vidas cotidianamente, los colectivos de la Capital siguen circulando a toda velocidad con sus patentes impunemente adulteradas para evitar multas, y los trenes son la más evidente expresión del desprecio con que se trata a nuestro pueblo, no sé si desde el Gobierno, el Estado o la Nación toda. No me animo a definirlo. No son la misma cosa, aunque el Gobierno suele confundirlas, fusionar las tres en una y apropiarse del paquete.

Formo parte del pelotón de afortunados que tiene auto, y reconozco que cada vez que paro en un semáforo junto a un colectivo y veo a la gente colgada, apretada, muerta de calor en verano, siento vergüenza, pudor, angustia, culpa. ¿Qué puedo hacer para modificar esto? ¿Votar a los que se comprometan a cambiarlo? No alcanza. ¿Putear desde el espacio que tengo el privilegio de ocupar? Evidentemente tampoco alcanza.

Creo que sería bueno que el Gobierno se avive que esta vez pasó algo fuerte. Hasta ahora, siempre entendimos que la culpa de los principales problemas del país la tienen Fontevecchia, el diario La Nación y Telenoche. Así vienen zafando de casi todo. Pero tengo la sensación que esta vez la cosa no tiene endoso. Esta no pasa.

No hay insultos suficientes para calificar a los responsables privados y públicos de este desastre. No sólo en nombre de quienes murieron en esta catástrofe, sino especialmente por los millones que día a día son humillados, en silencio, y que pese a todo siguen viajando a sus trabajos. Tal vez porque no les queda más remedio. Tal vez porque tienen una nobleza admirable . Tal vez por ambas cosas.

Defiendo al Estado. Quiero que los trenes, los subtes, los aviones y las autopistas estén en sus manos (no me gustan los Cirigliano o los Marsans). Sin embargo, no hay nada peor que un Gobierno que hace lo que uno quiere, pero mal. Para un progresista, lo peor no es un gobierno de derecha sino un mal gobierno de izquierda.

Cuando un tipo hace las cosas mal hay que darle un shot en el orto. Estamos todos esperando. Y cuando un tipo hace las cosas bien, debe ser reconocido. Vaya esto último para el doctor Crescenti y todo su extraordinario equipo del SAME.

Hoy no tengo ganas de hacer una página de humor . Quizá, sólo pueda decir que esta ha sido una semana exitosa para el Club de los Malos. De las mejores.






La madre de una de las víctimas de la tragedia de Once reveló el duro diálogo con la Presidenta

Familiares y amigos de los 52 muertos cuestionaron al Gobierno nacional y volvieron a reclamar justicia para "las pirañas" responsables del accidente. La madre de una de las víctimas de la tragedia de Once reveló el duro diálogo con la Presidenta. 22.08.2012 Perfil.com

(...) Zulma Ojeda Garbuio había responsabilizado ante un canal de TV a la Presidenta por la tragedia de Once y regresaba a su casa, ubicada en la localidad bonaerense de Ramos Mejía. Su hijo, el gestor Carlos María Garbuio, de 32 años, había muerto en uno de los accidentes ferroviarios más grandes de la historia argentina. Comenzaba marzo y al llegar a su vivienda escuchó que sonaba el teléfono. Levantó el tubo y le habló el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Según reveló DyN, el funcionario le dijo que la jefa de Estado la había visto por televisión y que quería concederle una entrevista. "Después recibí tres llamados más de Parrilli, con quien nos pusimos de acuerdo y pactamos una entrevista en la Casa Rosada para la tarde del 6 de marzo", recordó, al finalizar en el hall central de la terminal de la línea Sarmiento el oficio religioso en memoria de las víctimas.

De acuerdo con las palabras de Ojeda, durante su encuentro con la mandataria, le dijo: "Presidenta, usted está rodeada de pirañas y una es (el por entonces secretario de Transporte Juan Pablo) Schiavi". "Ella me dijo: 'No hables así de él, pobre, que tuvo un grave problema de salud producto de este hecho", contó la mujer. Según relató la madre de la víctima, la Presidenta le habría manifestado: "Vos, ahora, hablás desde el dolor, pero todavía no sabés bien de qué se trata".

"No entendí qué me quiso decir... Si la muerte de su marido suponía un dolor mayor a la del deceso de mi hijo. No comprendí, pero lo único que me nació fue decirle: 'Haga el ejercicio imaginario de poner en el cajón en el que enterramos a mi hijo al suyo, Máximo. Nosotros a usted no le interesamos'. Y no habló más", relató.

Con esas palabras, la mujer pidió justicia por las víctimas del accidente. "Que me ayuden a llegar a las pirañas que mataron a mis hijos", exclamó, al tiempo que extendió el calificativo a otros funcionarios, como “(el ministro de Planificación Federal, Julio) De Vido".

"¿Te creés que la Presidenta y los funcionarios que la rodean no sabían de los negociados en los trenes?", interrumpió Graciela Bottega, madre de otra de las víctimas mortales.

Once: familiares denunciaron que el Estado "allanó el terreno" para la tragedia

Reclamaron que la Nación "pida perdón" por la falta de controles. Y cuestionaron con dureza a Cristina Kirchner por su actuación tras el hecho. "No necesitábamos de palabras dichas para el aplauso frío", dijeron. "Somos también víctimas del terrorismo, un terrorismo empresarial que creció a veces con complicidad del control estatal". Clarín 22/08/12. 
"Lágrimas de los familiares y quejas al Gobierno en Plaza de Mayo". La Nación 03/03/12. Por Julieta Molina. Hubo una marcha para exigir castigo a los responsables, con impulso de partidos de izquierda.
Se leyó un comunicado acordado entre las distintas agrupaciones. "No fue un accidente, fue una masacre contra el pueblo, contra los trabajadores que estamos obligados a viajar en ferrocarril".

"No les importa la vida ajena; el Gobierno y TBA quieren tapar responsabilidades. La Presidenta dijo que 40 millones de argentinos necesitan saber que pasó. Los trabajadores y el pueblo ya sabemos que pasó y quiénes son los responsables. El asesino es Cirigliano y el gobierno nacional. Marchamos para que vayan presos", leyó uno de los delegados.


"A días de la tragedia, la Presidenta defendió la política ferroviaria". Clarín 01/03/12. "Nunca hubo un pedido de rescisión por parte de ningún organismo de control" argumentó y agregó: "Se ha hecho bastante de lo que se había hecho hasta que llegamos nosotros". Antes, defendió la política de subsidios, la megaminería y destacó el crecimiento económico.

"El gobierno ignoró otro lapidario informe sobre el Sarmiento". Perfil.com 29/02/12. Lo elaboró la Comisión de Regulación del Transporte y llegó al despacho del secretario de Transporte en marzo de 2011.

"Cuando Cristina elogiaba a TBA, la línea Sarmiento y los Cirigliano". Perfil.com 28/02/12. En 2010, la Presidenta inauguró obras de infraestructura en Mercedes y dijo que el servicio ferroviario era "de muy buena calidad". Vea el video y la galería de fotos.


"Cuando el relato no alcanza". La Nación. 25/02/12. Por Martín Rodríguez Yebra. El kirchnerismo procesa a los 51 muertos de Once como hace con todas las noticias incómodas que desnudan sus debilidades: edita la historia.

"La adjudicataria del tren bala pagó US$ 500 mil al asesor de Jaime". Se trata de la francesa Alstom. Le entregó, por lo menos, esa suma en el 2007, según surge de los mails de Manuel Vázquez a los que accedió Clarín. Luego, el Gobierno le adjudicó a esa compañía la obra, por 1.320 millones de dólares. Clarín 28/11/10.

"La empresa del tren bala, en la mira de la Justicia por sobornos". Clarín. 19/11/11.

"Los proyectos K para construir trenes bala quedaron en el olvido". Clarín 30/10/11. Por Antonio Rossi. Se trata de los trenes bala a Rosario, Mendoza y Mar del Plata que se habían licitado con bombos y platillos entre 2006 y 2008 y que hoy se encuentran en "estado vegetativo" porque el gobierno no quiere asumir el fracaso que implica darlos de baja.

"¿Porqué Jaime está libre?" se preguntan en el Sarmiento". Clarín. 01/10/11. Compañeros de Sobrero creen que el ex-secretario tiene protección judicial.

"El gobierno desoyó 30 informes críticos de la auditoría sobre Jaime". Clarín. 03/01/11. Por Luciana Geuna. La Auditoria General de la Nación alertó sobre serias irregularidades. Favores y concesiones a empresas amigas.

"Tren bala: De Vido les pidió paciencia a los franceses". Clarín 28/10/08. Por Silvia Naishtat.

"Tren Bala: antes de que empiecen las obras, se pagarán US$ 670 millones". Clarín. 04/05/08. Por Antonio Rossi. Es el adelanto que cancelará el gobierno este año al grupo constructor, que lidera la francesa Alstom. Lo desembolsará el banco financista y el Estado le entregará una cantidad equivalente en títulos de deuda.

"Carrió asegura que es un escándalo". Clarín. 30/04/08. Por Armando Vidal. La Coalición Cívica con Elisa Carrió, su titular, a la cabeza, eludieron los eufemismos al calificar el proyecto del tren bala como "un escándalo" y "un claro acto de corrupción".

"El tren bala argentino llegó a las puertas del Elíseo". Cristina aceptará hoy la "estructura financiera" de la obra presentada por dos empresas francesas. Clarín 06/04/08. Por Antonio Rossi.

"Lujo ferroviario: cada asiento del tren bala le costará al Estado argentino 25 millones y medio de pesos". Perfil. 29/04/08. Por Payito Blanco. Cuáles son las tarifas del salto a la modernidad K. Las verdaderas cifras de la obra y el excéntrico nombre con el que Cristina bautizó a la máquina.

"Al presentar el tren bala, Cristina dijo que está "acostumbrada a recibir palos fuertes". Perfil. 29/04/08. Defendió la obra de los cuestionamientos de todo el arco opositor y criticó a la prensa, ahora la internacional. Sus palabras.

"La otra cara del "salto a la modernidad" que sueña el kirchnerismo". Perfil.com 04/05/08. Un docente de la localidad de Ireneo Portela, partido de Baradero, le escribe a la Presidente contando lo que sienten los que verán el tren bala desde abajo.

"Tren bala: las obras se financian con nueva deuda por US$ 3.900 millones". Clarín. 05/04/08. Por Antonio Rossi. El plan de financiamiento se publicó un día antes de que Cristina viaje a Francia a entrevistarse con Sarkozy. Dos empresas de ese país están detrás del proyecto: lo construirá Alstom y lo financiará el banco Natixis.

--- Casi seis meses después de la tragedia de Once, para la gente no cambió absolutamente nada. Medio a desgano, el gobierno K le bajó la concesión a sus amigos de la empresa TBA y se la dieron a otros tránsfugas, también amigos. El mismo "pollo" Sobrero los descalificó porque los ferroviarios los conocen de otros ramales. El juicio a los responsables es una parodia ridícula en manos de un juez títere del gobierno (Claudio Bonadio, un ex lasallano y Guardia de Hierro que se olvidó de sus principios morales hace muchos años).

Viajo a diario en los exTBA: el único cambio que advertí son unas calcomanías nuevas en los vidrios de los destartalados coches que indican "no apoyarse en las puertas", o algo así. Todo sigue igual, hasta el desgano y la inoperancia de los mal llamados "trabajadores ferroviarios" (no merecen llamarse trabajadores ni ferroviarios porque perdieron la dignidad y el orgullo hace rato). A principios de mes me tocó bajarme de un convoy en medio de la noche cerquita de Retiro porque se incendiaba el coche en el que viajaba (aunque no pasó a mayores). En cualquier momento sobrevendrá otro accidente, no tengo dudas.

Si les interesa el tema, por favor lean la investigación de Clarín cuyos link ofrezco abajo, en particular las condiciones denigrantes para viajar a Bahía Blanca. ¿Hacían falta más pruebas para comprobar mi teoría sobre los políticos y su noción de las cosas? 

Por último, una nota de 'Pino' Solanas en Clarín de enero 2013 donde sintetiza perfectamente la triste historia de las últimas décadas de desmanejos ferroviarios. Hace mucho tiempo que Pino y sus colaboradores desde Proyecto Sur vienen planteando soluciones para recuperar el ferrocarril (basta indagar en su página web) y hasta realizó el documental "La próxima estación", para que sea más gráfico. Los argentinos, parece que seguimos mirando a Tinelli. Horanosaurus.

"En solo un año se cancelaron 136 servicios de pasajeros". Dejaron de funcionar el ex Gran Capitán a Posadas y el Binacional a Uruguay. No hay más salidas a Pinamar, Miramar y Rosario. Y se redujo la frecuencia a Mar del Plata. Viaja 25% menos de gente. Clarín. Domingo 08/07/12. Por Gisele Sousa Dias y Antonio Rossi.

"No hay política de ferrocarriles". Clarín Domingo 08/07/12. Por Antonio Rossi. 

"Las palabras de la Presidenta". Clarín Domingo 08/07/12. 

"Una madrugada helada a bordo de un tren fantasma a Bahía Blanca". Clarín Domingo 08/07/12. Por Gisele Sousa Dias. Ventanas, asientos y baños rotos, mal olor y gente amontonada: impresiones de una cronista de Clarín en un viaje de terror.

Los Kirchner profundizaron el modelo de los 90

Por Fernando “Pino” Solanas. Clarín Domingo 20/01/13.

Scalabrini Ortiz se cansó de decirnos que en un país extenso como Argentina el ferrocarril era el único transporte terrestre que podía asegurar la comunicación de la Nación porque seguía funcionando en los peores escenarios climáticos: con lluvia, nieve o niebla. También demostró que sin manejo de las tarifas no se podía defender a los productores y a las economías regionales. Siguiendo los planes del Banco Mundial, Menem suprimió el 80% de los trenes: 800 pueblos murieron y mas de un millón de provincianos emigraron. Los 37 talleres fabricas donde se hacían todo tipo de vagones, rieles y locomotoras y se exportaban, se entregaron a los concesionarios y fueron saqueados. Al pasar el 90º% del transporte a las calles y rutas, los accidentes se multiplicaron y hoy dejan 8.000 muertos anuales. La catástrofe humana, industrial y social -que culminó con la preanunciada tragedia de Once- no fue revertida por ninguno de los gobiernos que siguieron a Menem.

Los Kirchner profundizaron el sistema de las concesiones: todos los salarios y reparaciones los paga el Estado y parte de los millonarios subsidios se repartió entre la cúpula de ferrocarriles, los sindicatos y los concesionarios. El proyecto industrial K , fue una promesa verbal: la reconstrucción de las industrias de transporte –ferroviaria, marítima y aérea- f ue reemplazada por compras directas de material obsoleto y sin repuestos a España y Portugal –Ricardo Jaime- y ahora los 400 vagones chinos y 120 para el subte, gestionado por Franco Macri -padre de Mauricio-; o los 20 aviones Embraer a Brasil, sin exigir fabricación en el país y transferencia tecnológica. El modelo K fue privilegiar el negocio privado a los intereses del país y al de sus trabajadores y técnicos. ¿Cómo es posible que en 20 años no se haya fabricado un barco en nuestros astilleros si el país gasta US$ 5.000 millones por año en fletes marítimos? Como si fuera poco, quieren rematar la estratégica Isla Demarchi -que asegura el dragado y balizamiento del puerto de Buenos Aires- para otro negocio vip del grupo IRSA, con el cuento de levantar un polo audiovisual o “Hollywood del Riachuelo”.

El proyecto estratégico de la reconstrucción del transporte exige acordar políticas de Estado para los próximos diez años. El camión seguirá siendo insustituible para llevar la producción de la fábrica o el campo a la estación; el tren, en la larga distancia, es de 6 a 10 veces más barato que el automotor: una locomotora arrastra la carga de 50 camiones y una barcaza la de 120 camiones con acoplado y a menor precio.

Las principales medidas que deberían tomarse para reconstruir los trenes son:

1) Terminar con las concesiones y subsidios y formar una empresa pública con el control de pasajeros, transportistas de cargas y ferroviarios.
2) Realizar una auditoria de inventario de los bienes y talleres entregados a los concesionarios, exigiendo su reposición.
3) Prohibir toda venta de terrenos e instalaciones ferroviarias.
4) Recuperar los talleres del Estado exigiendo se fabriquen en ellos las compras de material extranjero, como lo hace Brasil o China.
5) Desinfectar las cúpulas de ADIF, SOFSE, CNRT y UGOFE, que son cómplices del desguace y reemplazarlas por personal idóneo desplazado, y valores de la generación joven.
6) Crear el Fondo de Reactivación Ferroviaria con recursos del Estado. La reconstrucción de las industrias de transporte, permitirá el renacimiento de cientos de talleres y fábricas subsidiarias y la creación de decenas de miles de empleos estables.
 




Lamentable Bonus track 2013:

"La corrupción mata"


Fernando "Pino" Solanas se refirió al trágico accidente de trenes en Castelar (de hoy) y opinó que "la inseguridad del pasajero es hija directa de la corrupción". Acusó de "delincuentes" a los ex funcionarios Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. Lapoliticaonline. 13/06/13.

El diputado nacional Fernando “Pino” Solanas definió la tragedia de Castelar como “algo previsible que pudo ser evitado”. “Venimos de 20 años de vaciamiento de los ferrocarriles y de 10 de gestión kirchnerista, donde hubo como ministros de Transporte delincuentes como Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi”, destacó.

El legislador denunció que “los altos funcionarios del gobierno nacional, incluida la Presidenta, son conscientes y también son ‘la caja’ del choreo”. Solanas detalló que “los vagones chinos que se compraron los pagaron 3 millones de dólares en compra directa y la mitad quedó en bolsillos privados”.


En conversación con radio La Once Diez, el dirigente afirmó que “la corrupción mata y la inseguridad que hoy vive al pasajero que está obligado a tomar al tren y está arriesgando su vida, es hija directa de la corrupción”.


Solanas también se refirió a las palabras de Luis D’Elía, quien vía Twitter acusó a al diputado de sabotaje. “(D’Elía) es un lamentable provocador y co-responsable de la corrupción y de las responsabilidades criminales que le toca a un gobierno que consintió el vaciamiento del sistema, que siguió manteniendo la ruta negra de los subsidios”, aseguró.


Bonus track 2014: estupenda y contundente síntesis del periodista Héctor M. Guyot en el diario La Nación del 29/11/14... llegaron los trenes nuevos... ¿hay que darles las gracias?


Por Héctor M. Guyot  | LA NACION Sábado 29/11/14.

Soy usuario frecuente del servicio de trenes Retiro-Tigre. Esto es lo mismo que decir que soy un hombre hecho al sufrimiento. Por eso el martes, día previsto para el bautismo rodante de las nuevas formaciones chinas, llegué a la estación de siempre sin expectativas. Aquellos que hemos sido moldeados por el transporte público en la disciplina de la resignación estamos preparados para todo. Incluso para ver asomar una vez más, allá en la curva distante, la imagen cansada y maltrecha de los viejos trenes Toshiba. De tan familiares, ciertas pesadillas se vuelven queribles.

El ministro venía anticipando la llegada de los trenes chinos como si se tratara del advenimiento del Mesías. Cada mañana, mientras uno esperaba y esperaba en el andén, el anuncio del nuevo "material rodante" repetido por los altoparlantes no era un aliciente sino la prueba del agotamiento de las actuales formas de la democracia. En ellas la tarea del político es prometer. Y la del hombre de a pie, creer. Allí estabas, en medio del desierto, masticando arena, clavando el mentón en el pecho para avanzar contra el viento, cuando una voz que venía del cielo te decía que adelante te esperaba la redención. Toda Tierra Prometida exige un sacrificio de sangre, sudor y lágrimas. En este caso, digámoslo ya, el sacrificio se pagó con creces. Sobre todo en sangre.

Ése es mi problema: no puedo olvidarme del costo que pagamos por algo que no es la Tierra Prometida, sino el simple recambio de una flota de trenes que trajinó los mismos rieles durante décadas y que en los últimos años se cayó a pedazos ante nuestros propios ojos. O peor, con nosotros adentro.

El martes, en el andén, tras una espera breve advertí que allá en la curva asomaba un animal distinto al de siempre. En lugar de la cara chata de los Toshiba, tenía una trompa redondeada y amable, y se detuvo a mis pies tan silencioso como obediente. La bestia abrió sus fauces para liberar a algunos pasajeros y para recibir a otros, que ingresaron a su interior como se entra a un museo. Encontraron adentro algo tan raro para ellos como la sonrisa de la Gioconda: asientos sanos y firmes, pasillos despejados, olor a nuevo, una chicharra que suena cuando las puertas se abren. La gente intercambiaba sonrisas, se pedía permiso, se decía muchas gracias, guardaba el bollo de papel en el puño a la espera de un cesto. Ojalá nos dure la urbanidad. De eso depende también que estos nuevos y bienvenidos trenes sigan sanos y limpios.

Ese mismo día, por la tarde, me entró el siguiente SMS: "Vos ya tenés el nuevo DNI. No tenés que renovarlo. Ministro Florencio Randazzo". A los dos días sonó el teléfono en casa: era el ubicuo ministro, o su voz grabada, para anotarse el poroto -y el voto- por los nuevos trenes.

¿Por qué cuando hacen algo bien los funcionarios se encargan de arruinarlo convirtiéndolo en campaña de un modo tan grosero? Todos contentos de viajar mejor. Tanto en el Mitre como en el San Martín o en el Sarmiento. En esto, al menos por ahora, bien por Randazzo. Lo que nadie está dispuesto a creer es que el ministro brotó de un zapallo. Tampoco de una lámpara mágica, al modo de un genio solitario que aparece de la nada para atender nuestros deseos. Es difícil aislarlo del gobierno del que forma parte, responsable del abandono criminal del servicio ferroviario. Entre muchas otras cosas.

Por eso a la hora de presentar las mejoras, y sobre todo dados los trágicos antecedentes, se imponía observar el más respetuoso silencio. El ministro debería saber que los nuevos trenes no son una concesión graciosa al pueblo ni un regalo que depende de la buena voluntad del príncipe o la reina. Al contrario: por fin vemos cómo al menos una parte de la asfixiante presión impositiva que se nos aplica a pobres y ricos por igual vuelve a la gente en algo concreto. Los fondos públicos están para eso, por más que los que mandan se tomen el atrevimiento de considerarlos de su propiedad. Eso los anima a llevarse al bolsillo lo que no les pertenece o a adjudicarse a título personal y sin sonrojarse las obras que desde su cargo les toca impulsar, algo a lo que ya nos hemos acostumbrado.

¿Cuánta gratitud le reservarías a alguien que te consigue una buena ortodoncia después de partirte los dientes de un trompazo? ¿Y si además la paga con tu propio dinero?

Bonus track 2015: 

Desde que ocurrió el accidente, muchos ex funcionarios tuvieron opiniones desafortunadas sobre el hecho. Perfil.com 29/12/15.

El Tribunal Oral 2 condenó también a ocho años a Claudio Cirigliano y otros directivos de TBA. Pidieron investigar a Julio De Vido. Perfil.com 29/12/15.

Los padres de Lucas Menghini hablaron en las afueras de los tribunales de Comodoro Py luego de conocerse el veredicto. Perfil.com 29/12/15.


domingo, 19 de febrero de 2012

Biocombustibles: ¿alimentos para producir energía?


Pienso y aviso, desde el vamos, que ésta es una discusión inconducente porque desde el punto de vista práctico ya está resuelta. El debate sería: con el hambre que aún sufren millones de personas en el mundo, ¿resulta coherente o ético derivar materias primas comestibles para obtener biocombustibles que atenúen el uso del petróleo?

Los principales países del mundo desde hace rato legislan favoreciendo y auspiciando el reemplazo de los combustibles de origen fósil por los llamados 'biocombustibles', por lo cual la fabricación de etanol y biodiesel se ha convertido en un buen negocio para los empresarios, creando una nueva cadena productiva, que produce trabajo y progreso. Básicamente, defienden su uso por tratarse de una energía renovable y menos contaminante.

Por más que existan ineficiencias energéticas importantes (1) para obtener el vegetal cultivado y transformarlo en combustible, no todo el razonamiento es lineal y tiene numerosas aristas. Porque, por ejemplo, tampoco es eficiente alimentar animales con grano para que comamos carne y, sin embargo, toda sociedad que evoluciona demanda carnes e incorpora proteína animal a su dieta para mejorarla. Y también es cierto que se usan vegetales no comestibles para fabricar biocombustibles (ej. jatropha) pero alguien puede argumentar que su cultivo compite por el recurso suelo con otros que proveen alimento.

Un parrafito necesario para una modalidad incuestionable: la producción de biogás, que se realiza a partir de desechos orgánicos de origen animal y cuyas escalas de producción van desde las de tipo familiar (con la bosta de sus animales de crianza y basura orgánica en tachos de 200 litros) a plantas mayores de altos inversión. Cualquier país inteligente debería dedicar esfuerzos técnicos y presupuestarios para desarrollar esta energía limpia, renovable y económica. Hay mucho material en internet sobre esta modalidad y en este blog le dediqué la vieja entrada: "Producción de biogás en explotaciones pecuarias intensivas argentinas".

Volviendo al tema principal y para ser honestos: con o sin biocombustibles, a los poderosos nunca se les ocurrió producir más alimento y donarlo ni repartir equilibradamente las riquezas con los excluídos para combatir el flagelo del hambre (2). Económicamente hablando y viviendo bajo las reglas de un capitalismo salvaje, no quedan dudas que seguirá floreciendo la tendencia mencionada mientras constituya un negocio. Muy poco original, se me ocurre parafrasear a Bill Clinton y largar "es el capitalismo, estúpido" para saber como seguirá la cosa, tenga quien tenga la razón éticamente.

Hechas esas salvedades, para la gente interesada por la ciencia puede resultar interesante ahondar este tema desde el punto de vista ecológico. Por eso se me ocurrió plantearlo, aunque las conclusiones no sean fáciles. Para adoptar una posición que merezca ser defendida.

En los artículos que pego abajo, una mirada técnica sobre los biocombustibles por parte de la Ing. Silvia Romano. Otra, más política, del fundamentalista de los agronegocios autóctono y lobbista de su producción en el país, Héctor Huergo (editor de Clarín Rural), donde expone bastante honestamente el panorama. La respuesta de otro lobbista (de la industria avícola), Roberto Domenech. Por último, un viejo análisis de los estudiosos Norma Giarracca y Miguel Teubal en Agroparlamento, incorporando un concepto muy en boga: la "soberanía alimentaria" y unas frases filosas de Pino Solanas. Horanosaurus.

(1) groseramente, el balance entre la energía gastada en producir el biocombustible, incluyendo la fase del cultivo del vegetal utilizado, y la energía proporcionada por el biocombustible mismo.

(2) no quiero ser tan necio de no admitir que pienso que, al menos en nuestro país, hay una respetable movida solidaria en ámbitos no gubernamentales que merece ser destacada y que, en parte, proviene o es apoyada por el campo empresario. Me atrevería a afirmar que ese movimiento tuvo un fuerte crecimiento a partir de la crisis de 2001. Una parte de ese universo le asignan el rótulo "responsabilidad social empresaria", concepto que viene respaldado por una teoría, bastante discutible. Poco interesa cuales son sus móviles íntimos si su ayuda es efectiva para gente que lo necesita. El mismísimo filántropo Bill Gates piensa que la solución contra el hambre de los excluídos debe venir del sector agropecuario ("Bill Gates apuesta por el agro").

El debate “alimentos vs. energía”

Por Héctor A. Huergo. Clarín Rural 11/02/12. 

Hay dos “drivers” que comandan la actual onda larga de altos precios agrícolas: la transición dietética de los países asiáticos -los más poblados del planeta- y la suba del precio del petróleo. Ambos tienen el mismo fundamento, que no es ni más ni menos que la mejora de los ingresos que se está operando en Oriente, liderados por China.

Más dinero en el bolsillo no significa comer más, sino distinto. Pasar de una dieta vegetariana, basada en el arroz, legumbres y verduras, con escasa participación de proteínas animales, a una dieta cada vez más rica en carnes y lácteos, que está generando una verdadera succión de granos básicos y harinas proteicas (soja en especial).

Los procesos de transformación de granos en carnes son estructuralmente ineficientes. Un pollo, sin duda la especie que más incrementó la capacidad de conversión en los últimos treinta años, a duras penas alcanza para una familia tipo de cuatro comensales. Requiere hoy 2 Kg. de alimento por Kg. de peso vivo. Son 3 Kg. de polenta y 1 de soja. Si en lugar de dársela al pollo, la comieran la misma familia en forma directa, les alcanzaría para ocho almuerzos. Pero hay plata en el bolsillo global y nadie quiere comer polenta con milanesa de soja. En China la compañía Yum, que tiene la franquicia de Kentucky Fried Chicken, abre un local cada 19 horas. Por el lado de la demanda energética, pasa exactamente lo mismo. Familias más ricas usan más autos, más aire acondicionado, más calefacción.

Estamos entonces bajo la presión de un crecimiento sostenido de la demanda de bienes alimenticios y energéticos básicos. No es en la vieja Europa, ni siquiera en los EE.UU., donde se da este fenómeno. Es esencial comprender esto: es en China, India, Brasil. El viento de cola no viene de Occidente, viene de Oriente. Y no es la cigüeña, que perdió la batalla contra los planificadores, sino la billetera de los padres de una sociedad de hijos únicos, como la de la China del control de la natalidad.

Por eso, cuando se plantea el dilema “alimentos vs. energía”, conviene separar la paja del trigo. El petróleo subió, en los últimos diez años de 20 a 100 dólares el barril. Así, habilitó la posibilidad de utilizar los granos para sustituir la nafta. Esto se está realizando ya en condiciones de mercado. A fines del 2011 caducaron los subsidios y la protección de que gozaba el etanol de maíz en los EE.UU., y el consumo se mantiene sin cambios. El etanol es el principal destino del maíz norteamericano, capturando el 35% de la cosecha. Despotrican los feedloteros, polleros y chancheros, y también los que hacen fructosa para las bebidas cola. Les apareció una demanda feroz, que los sacó de una posición de confort en el mercado.

Lo que también conviene preguntarse es si se puede considerar “alimentos” a las proteínas animales, al edulcorante calórico de las bebidas cola, o a la cerveza, el whisky y tantas cosas que se hacen con granos. Alimentos, estrictamente, son los granos básicos y sus derivados del primer procesamiento. En cuanto entramos en aquello del “valor agregado”, debemos considerar la ineficiencia intrínseca del proceso. Es tan ético usar el maíz para producir combustible como convertirlo en pollo, donde tiramos la cabeza y los menudos, los huesos, y bostea el 80% de lo que come. Producir biocombustibles es una idea tan estúpida como producir cerdos, carne vacuna, fois gras o bourbon Jack Daniel’s.

Por otro lado, habría que preguntarse cuánto valdría el petróleo si no existiera ya la enorme sustitución (más del 10%) de nafta por etanol en EE.UU., del 5% en la UE, del 20% en Brasil. Seguramente, ya estaría en los 120 dólares el barril, con el mundo en vilo por seguir dependiendo de un abastecimiento crónicamente inseguro.

"Polémica en la granja". Clarín Rural. Sección Primer Nivel. Por Roberto Domenech (presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas). 18/02/12.

"La polémica alimentos vs. energía". Clarín Rural. Opinión. Los temas de la semana. Por Héctor Huergo. 18/02/12.


ENERGÍAS NO CONVENCIONALES
BIOCOMBUSTIBLES

Encrucijadas (Revista de la UBA) Nro. 45 – Año 2009. Entre los principales atractivos de los biocombustibles se encuentra el hecho de que se obtienen a partir de recursos renovables, generan menos emisiones, son biodegradables y brindan la posibilidad de diversificar la matriz energética. Además, varios de ellos se producen a partir de residuos o sustancias no alimenticias. La Facultad de Ingeniería de la UBA se constituyó en los últimos años como una de las principales fuentes de investigación sobre energías no convencionales. En su sede de Paseo Colón, ya se inauguró la primera planta piloto de biodiésel del país.

Por Silvia Daniela Romano. Ingeniera Química, con carrera de especialización en Higiene y Seguridad en el trabajo y Doctora de la Universidad de Buenos Aires, área Ingeniería. Directora del Grupo de Energías Renovables de la Fac. de Ingeniería. Profesora Regular Adjunta de la UBA y miembro de la carrera del investigador del Conicet. Directora de proyectos en biodiésel desde 2003, financiados por UBACyT y la Secretaría de Ciencia y Técnica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.

La mayoría de los combustibles que se utilizan en el mundo (gas natural, GNC, GLP, nafta, gasoil, kerosene, fueloil) provienen del petróleo, que es una fuente de energía no renovable debido a que la velocidad de formación del mismo es muchísimo más lenta que la velocidad a la que se lo utiliza.

A partir de 1995 existió consenso en la comunidad científica internacional en cuanto a que el aumento de temperatura global del planeta producido en el último siglo estaba asociado a la influencia de la actividad humana sobre la naturaleza, siendo el dióxido de carbono el principal responsable del cambio climático (por efecto invernadero), debido fundamentalmente al uso de combustibles fósiles. Este calentamiento provoca graves problemas medioambientales.

En 1997 se firmó el Protocolo de Kyoto que exige que 35 países industrializados reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en un promedio de 5% entre los años 2008 y 2012, con relación a los niveles registrados en 1990.

Por otro lado, el hecho de que el petróleo se acabará dentro de algunas décadas, la crisis energética actual de varios países, la existencia de sectores urbanos que están a grandes distancias de los centros de distribución de combustibles o en zonas de difícil acceso, particularmente en países en desarrollo y el aumento continuo del precio del barril de petróleo, son algunas razones por la que surge la necesidad mundial de promover, desarrollar y utilizar a la brevedad, recursos energéticos renovables y amigables con el medio ambiente como los biocombustibles, el hidrógeno, las energías eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, etc.

Los biocombustibles, a diferencia de los combustibles derivados del petróleo, se producen a partir de la biomasa. Biomasa es toda la materia orgánica que puede convertirse en energía y proviene básicamente de la agricultura, forestación, desechos (agrícolas, ganaderos, forestales, urbanos e industriales), plantaciones energéticas, etc.

Entre los principales atractivos de los biocombustibles se encuentra el hecho de que se obtienen a partir de recursos renovables, generan menos emisiones, son biodegradables y brindan la posibilidad de diversificar la matriz energética. Además, varios de ellos se producen a partir de residuos o sustancias no alimenticias.

Uno de los conceptos que hay que tener en claro cuando de biocombustibles se habla es que cada uno de ellos se obtiene a partir de materias primas específicas, por medio de procesos particulares (físicos, químicos, fisicoquímicos, termoquímicos o bioquímicos) y, en consecuencia, tienen distintos usos.

Una forma de clasificar a los biocombustibles podría ser de acuerdo con su estado de agregación. Entre los biocombustibles líquidos están el biodiésel, el bioetanol y el biooil; entre los gaseosos, el biogás y el gas pobre; y entre los sólidos, podemos encontrar a los que se usan desde épocas prehistóricas (como biomasa para calefacción o cocción de alimentos) como las ramas de los árboles, las raíces, las astillas, la leña, el aserrín, la madera o algunos más elaborados como las briquetas o el carbón vegetal.

Características. El biodiésel se produce por medio de una reacción química entre un aceite vegetal o grasa animal y un alcohol de cadena corta y tiene los mismos usos que el gasoil. El bioetanol se obtiene a partir de sustancias ricas en carbohidratos mediante una fermentación aeróbica y tiene los mismos usos que la nafta. El biooil o bioaceite se produce a partir de residuos forestales o agrícolas por medio de un proceso de pirólisis o licuefacción y se puede utilizar en calderas, turbinas y hornos. El biogás se obtiene a partir de materia orgánica de desechos (residuos animales o residuos urbanos con determinadas características) mediante una fermentación anaeróbica y se puede utilizar en reemplazo del gas natural. El gas pobre se produce a partir de residuos forestales o agrícolas por medio de un proceso de gasificación. Tiene ese nombre debido al bajo poder calorífico respecto al gas natural y se puede usar para producir calor, electricidad o en motores de combustión. Las briquetas se obtienen por medio de un proceso de densificación al compactar desechos agrícolas o forestales para facilitar su utilización, almacenamiento y transporte. El carbón vegetal se produce al convertir madera o residuos agrícolas por medio de una combustión incompleta.

Podríamos preguntarnos: ¿por qué los biocombustibles más nombrados y utilizados en los últimos años son el biodiésel y el bioetanol? La razón principal es que estos combustibles derivados de la biomasa se utilizan fundamentalmente para uso automotor, mezclados con gasoil y nafta, respectivamente. El uso automotor del biodiésel no es exclusivo ya que también se lo utiliza en otros medios de transporte. En Argentina, se hicieron pruebas en aviones militares que usan JP1 y biojet (mezcla de JP1 y biodiésel) y en otros países se lo ha utilizado en flotas marítimas. Además de utilizarse como combustible automotor, el bioetanol se usa en la elaboración de bebidas alcohólicas, como anticongelante y como solvente en aplicaciones farmacéuticas y en la producción de barnices, pinturas, perfumes, cosméticos, plásticos, etc.

Entre las materias primas para producir biodiésel se encuentran los aceites vegetales o grasas animales, nuevos o usados, comestibles o no comestibles. Es decir, se puede producir biodiésel a partir de aceite de soja, girasol, maíz, maní, algodón, palma, ricino, tung, jatropha, microalgas, colza, grasas animales de pollo, pescado, cerdo, vaca, etc. Como resultado de la transesterificación entre el aceite o grasa y el alcohol se obtienen una mezcla de ésteres (que luego de un correcto proceso de purificación será biodiésel) y glicerina. El proceso de obtención es simple; lo que no es tan simple muchas veces, es obtener biodiésel en especificación, como exigen las normas. Realizar el control de calidad de un combustible durante la producción y distribución es fundamental para asegurar que lo que le llega a los usuarios es de calidad confiable y consistente y por ende garantizar una buena performance del motor. Para ello, se caracteriza al combustible midiendo diferentes propiedades que están estandarizadas según normas (IRAM, ASTM, EN, etc.) y verificando que los valores obtenidos estén dentro de los rangos admisibles. En las plantas que producen grandes volúmenes, realizar el control de calidad que piden las normas no es un problema dado que el proceso es continuo y las muestras se analizan en el laboratorio de la empresa o se envían periódicamente a laboratorios externos. Pero para bajos volúmenes de producción, como es el caso del autoconsumo o de las empresas pequeñas, tener un laboratorio propio es económicamente inaccesible al igual que enviar frecuentemente las muestras a laboratorios externos para su análisis. Entonces se suele confiar en que lo que produce la planta es biodiésel, siendo una hipótesis errónea en la mayoría de los casos.

Las materias primas utilizadas para producir bioetanol son sustancias ricas en sacarosa, almidón o celulosa. Algunos ejemplos son: caña de azúcar, remolacha, melazas, sorgo dulce, maíz, papa, yuca, topinambur, etc. La utilización de materiales lignocelulósicos se hace cada vez más atractiva debido a que los residuos agroindustriales y forestales que se pueden usar no son de uso alimenticio, el costo es bajo y la disponibilidad es alta. Pero el proceso es técnicamente más complicado debido a que los materiales lignocelulósicos están cubiertos por lignina, que no se puede fermentar a bioetanol.

Producción mundial y nacional. La Comunidad Europea produce y utiliza biodiésel desde hace varios años. El mayor productor mundial es Alemania y lo elabora a partir de aceite de colza. Es uno de los pocos países en que los usuarios lo pueden utilizar solo o mezclado en cualquier proporción con gasoil. Le siguen en importancia Austria, Francia, España e Italia. En Estados Unidos también se producen cantidades importantes de biodiésel pero a partir de aceite de soja. En varios países asiáticos obtienen biodiésel para exportar, principalmente a partir de aceite de palma. La mayoría de los países de Centro y Sudamérica están comenzando a reglamentar leyes de biocombustibles; algunos de ellos, más avanzados en el tema, como Brasil lo produce desde hace algún tiempo. En Paraguay también hay algunas plantas.

Los principales productores y usuarios mundiales de bioetanol son Brasil y Estados Unidos. El primero utiliza caña de azúcar y lo produce y utiliza desde hace décadas mezclado con nafta mientras que el segundo usa maíz.

En nuestro país, en materia de biocombustibles, existe la ley 26.093/06 y el decreto Reglamentario 109/07. Dicha legislación, que estará vigente al menos durante 15 años, establece el régimen de regulación y promoción para la producción y uso sustentable de biocombustibles; contempla el tema de la habilitación de las plantas productoras, de las infracciones y sanciones para aquellas que no cumplan, de los beneficios promocionales, de los sujetos beneficiarios del régimen promocional (principalmente productores agropecuarios, pymes y economías regionales) y del mezclado de los biocombustibles líquidos con sus “pares” derivados del petróleo.

Nuestra legislación establece también el uso obligatorio en todo el país de las mezclas: 5 % de biodiésel –95% de gasoil y 5% de bioetanol– 95% de nafta, para principios del año 2010.

Para tener una idea del volumen de aceite que se necesitaría procesar para cubrir la demanda de biodiésel para el corte obligatorio del 5%, es interesante notar que alcanzaría con el 8% del aceite que se produce (recordar que Argentina es el principal exportador mundial de aceite de soja y de girasol y exporta aproximadamente un 95% de su producción) mientras que para la de bioetanol alcanzaría con el 2.5% del maíz que se produce actualmente (Argentina es el segundo exportador mundial de maíz).

En nuestro país se ha estado obteniendo biodiésel en pequeña y mediana escala desde hace algunos años, generalmente para autoconsumo. Actualmente, hay en funcionamiento nueve plantas habilitadas por la Secretaría de Energía, que pueden producir 800.000 toneladas/ año de biodiésel para exportación. Tres de ellas son de gran envergadura (cada una tiene una capacidad de producción de 200.000 toneladas/ año) y están ubicadas en la provincia de Santa Fe. Las 6 restantes están localizadas en las provincias de Santa Fe, San Luis y Buenos Aires. Hay además cuatro grandes plantas en construcción, también en la provincia de Santa Fe y para exportación, con una capacidad estimada de producción de 700.000 toneladas/año. La situación de las plantas para la producción de bioetanol es un poco diferente; hay tres anuncios de construcción de plantas y serían para mercado interno.

¿Por qué en Argentina es indispensable producir más biodiésel que bioetanol? Porque nuestra matriz energética para transporte está formada por 66% de gasoil, 17% de nafta y 17% de GNC. En consecuencia, el consumo de gasoil es aproximadamente cuatro veces superior al de nafta. Por lo que habrá que producir cuatro veces más biodiésel que bioetanol para realizar el mismo porcentaje de corte en gasoil y nafta.

Críticas. La crítica más escuchada que se les hace a los biocombustibles líquidos es que se obtienen a partir de materias primas comestibles, compitiendo de esta manera con la alimentación. Hay que tener presente que el biodiésel se puede obtener a partir de materias primas no comestibles (jatropha, algodón, ricino, tung, etc.) como se hace en algunos países; que se puede fabricar a partir de aceites de fritura usados que habría que disponer y en este caso se los estaría reciclando, o a partir de grasas animales que los frigoríficos venden a muy bajo costo. Si se utilizan microalgas como materia prima, hay una ventaja adicional: el volumen de aceite obtenido por hectárea es muchísimo mayor al de las especies vegetales usuales. Por otro lado, se está trabajando a nivel mundial en el desarrollo de tecnologías para la obtención de bioetanol a partir de materiales lignocelulósicos.

Es indudable que hay que diversificar la matriz energética (especialmente en los países “petrodependientes” como el nuestro) y para ello es necesario utilizar combustibles renovables alternativos a los que se obtienen del petróleo, no sólo por la disponibilidad limitada de este recurso sino también por los problemas de contaminación ambiental creciente. Para esto, los biocombustibles son una opción válida, lo cual no quiere decir que sean la única opción ni la definitiva, pero están disponibles ahora y se pueden utilizar en pequeños porcentajes mientras se sigue desarrollando la tecnología necesaria para poder sumar otras fuentes renovables de energía a un costo competitivo.

Agroalimento o Agrocombustible ¿Un nuevo dilema?

Por Norma Giarracca y Miguel Teubal, socióloga y economista. Instituto Gino Germani, UBA. Agroparlamento.com – 26/04/07. América latina, sin resolver el problema alimentario, corre a ponerse en la fila del nuevo modelo de los agrocombustibles. ¿Oportunidad o un camino inconveniente?

No siempre los temas sectoriales y menos aún aquellos vinculados con el sector agropecuario son considerados de interés general por los medios. Tuvo que producirse el viaje de Bush a Brasil y la firma de una serie de acuerdos con el presidente Lula vinculados con la producción de los “agrocombustibles” (un término más correcto que el “marketinero” biocombustibles) para que el tema de la sustitución del petróleo por etanol y otros combustibles de origen agropecuario adquiriera la calificación de “estratégico”.

Se trata de un plan aparentemente muy conveniente para Estados Unidos: que en Latinoamérica se elaboren commodities de origen agropecuario para la producción de etanol y otras fuentes energéticas contribuyendo de este modo a que ese país reduzca su actual dependencia de fuentes petrolíferas externas. Es decir, bajar la dependencia de países que considera conflictivos, como Venezuela, Irak, Irán, Arabia Saudita, y que hacen de este comercio un problema. Da la impresión de que la decisión de que se utilice la tierra de nuestra región para producir combustibles ya está tomada e impulsada por una serie de grandes intereses vinculados con los agronegocios y con la industria automotriz. La caña de azúcar, el maíz, la soja con una industrialización muy simple pueden tener como destino el tanque de nafta de los países de grandes consumos de energía que, además, es el modelo que pasivamente se adopta en nuestros países.

¿Por qué oponerse si nuestra región siempre ha sido productora agraria y esta salida supone un proceso que la beneficiaría? Los primeros interrogantes que apelan al sentido común son:

* ¿Se trata de una región de autosuficiencia en la producción y distribución alimentaria?
* ¿Se han erradicado el hambre y la desnutrición en Brasil, México, Guatemala, Argentina?
* ¿Es la tierra un recurso ilimitado donde la frontera agraria se puede expandir sin problemas? (como parece creer nuestra ministra de Economía.) El asunto viene engañosamente teñido de “verde” (de allí lo de bio) de la mano de Al Gore, aduciendo que presumiblemente podrían reducirse en algo las emisiones que inciden sobre el recalentamiento mundial. No se trata, entonces, de cuestionar el modelo de circulación impuesto desde la posguerra sino de resolver el problema de cómo se lo sigue alimentando. Hace más de 30 años el pensador Iván Illich decía que en el momento en que una sociedad se hace tributaria del transporte individual se pone de manifiesto la contradicción entre justicia social y energía motorizada.

La otra cara de esta decisión estadounidense y la asociación con gobiernos de la región son las consecuencias en las poblaciones. Si se sigue dejando la cuestión agraria y alimentaria en manos de las decisiones de las grandes corporaciones del agronegocio, no se resolverá el problema alimentario sino que, por el contrario, se empeorará.

La gran paradoja de América latina es que pasó de ser un gran productor de alimentos a perder la autosuficiencia alimentaria. El maíz mexicano fue desde antes de la llegada de los españoles la alimentación básica de esos pueblos y, como dice el especialista Armando Bartra, por la irresponsabilidad de los tecnócratas neoliberales en los ochenta terminan dependiendo de las importaciones del gran vecino. Los granos argentinos que alimentaron a su población y al mundo pasaron a convertirse en commodities y niños y jóvenes pobres sufren las consecuencias de la desnutrición.

¿Y qué pasa con la tierra? Tal como lo destaca Raúl Zibechi, está en peligro la Amazonia brasileña y la ruina de millones de campesinos, pero también los argentinos corren el peligro de una expansión de la frontera agraria aun peor de la que venimos alertando desde hace tiempo. Todo en aras de modificar las relaciones entre el Sur y el Norte de las Américas a conveniencia del Norte. Es decir, América latina, sin resolver el problema alimentario, sin cambiar el rumbo de la devastación ecológica de sus territorios, corre a ponerse en la fila del nuevo modelo de los agrocombustibles y lo más doloroso es que lo hace de la mano de gobiernos que se denominan “progresistas”.

Más de 500 representantes de organizaciones de campesinos y campesinas, agricultores familiares, pescadores tradicionales, pueblos indígenas, pueblos sin tierra, trabajadores rurales, migrantes, pastores, comunidades forestales, mujeres, niños, juventud, consumidores, movimientos ecologistas y urbanos de 80 países se reunieron en el pueblo de Nyéléni en Selingue, Malí, para fortalecer el movimiento global para la soberanía alimentaria. Por soberanía alimentaria se entiende “el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos en forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo”.

El nuevo dilema que se suma a los viejos problemas es, entonces, entre los agrocombustibles y la soberanía alimentaria de nuestros países.

PINO SOLANAS: "ENERGIA CON CABALLOS Y VACAS"

La Nación suplemento Campo 31/05/14. Sección 'Tierra adentro'. El miércoles pasado, el senador del espacio Unen, Fernando "Pino" Solanas, fue crítico con los biocombustibles. Dio la nota en el marco de la sanción en el Senado de la reforma para bajar la carga impositiva al biodiésel. Solanas, que no estaba en la lista de oradores, interrumpió al senador Gerardo Morales para meter el siguiente bocadillo: "¿Quién se benefició en serio con esta disminución del impuesto? ¿Se beneficia el pequeño o se beneficia Roberto Urquía, Aceitera General Deheza?", se preguntó primero, y luego disparó: "A este país le sobran posibilidades de energías renovables y no contaminantes, pero quemamos cereales, quemamos maíz y vamos a quemar soja. Y terminaremos algún día quemando vacas, si se descubre que el caballo, la vaca y las carnes producen más energía". En Unen, Solanas no está solo en los cuestionamientos a los biocombustibles. Hace unas semanas, el diputado Martín Lousteau criticó el etanol de maíz, pero perdonó al biodiésel y el etanol de caña de azúcar. 

BONUS TRACK

6 mitos falsos que rodean al biodiesel

Dicen: “Más caro que los combustibles fósiles, que daña los motores y que aumenta costos fiscales y de los alimentos”. Clarín Rural. 25/06/22. Por Emiliano Huergo.